Como ya sabrás, no existe cura para esta enfermedad. Sin embargo, lejos de los pensamientos derrotistas y fatalistas debes informarte, conocerla y tener una mentalidad positiva. Para ayudarte en ello, en este artículo te hablaré de los diferentes tratamientos que existen para mantener los niveles de glucemia dentro de los niveles normales.
El objetivo a corto plazo de estos tratamientos es que bajes los niveles altos de glucemia y los mantengas dentro de los límites aconsejados, evitando también las hipoglucemias. Con ellos conseguirás, a largo plazo, prolongar y mejorar tu calidad de vida, así como prevenir complicaciones relacionadas con la diabetes.
La dieta, el ejercicio físico y los fármacos son los tres pilares básicos del tratamiento preventivo de esta enfermedad.
1.- Dieta: es la parte más importante del tratamiento preventivo. Está basada en las necesidades individuales de cada paciente. Al igual que todo el mundo, el paciente con diabetes debe seguir una dieta equilibrada, variada y sana. No existen alimentos prohibidos para los diabéticos, pero sí algunos más aconsejables y otros menos. Un dietista te puede ser muy útil en la planificación de tus necesidades. Es muy importante comer más o menos a la misma hora todos los días y elegir bien los alimentos que te proporcionen la energía mínima necesaria; esto te ayudará a prevenir que los niveles de glucemia se eleven o bajen bruscamente. El objetivo principal es mantener el peso normal; de hecho, algunas personas con diabetes tipo 2 pueden dejar de tomar medicamentos después de perder el peso extra, aunque aún tengan la enfermedad.
2.- Ejercicio: reporta enormes beneficios, pues disminuye la cantidad de glucosa en sangre, ayuda a que los medicamentos actúen mejor y puede reducir la cantidad de insulina que necesitará tu organismo. También te ayudará a perder peso y a mantenerlo, y es útil para la prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión arterial. En resumen, tu calidad de vida mejorará.
Algunas consideraciones a tener en cuenta son:
-Escoger una actividad física agradable, apropiada para el estado físico de cada persona. Lo más apropiado son unos 30 minutos de actividad física moderada diarios. Mejor practicarlo todos los días y a la misma hora, para así poder ajustar mejor la dieta y la medicación.
-Hay que ir con cuidado con los cambios en la intensidad y duración del ejercicio, pues pueden exigir modificaciones en la dieta o en los fármacos con el fin de evitar que los niveles de glucosa bajen o suban demasiado. Recuerda que bailar y tener relaciones sexuales también cuenta como ejercicio.
–Controlar los niveles de glucosa antes y después de hacer ejercicio.
–Beber agua sin azúcar antes, durante y después del ejercicio.
-Llevar encima alimentos que contengan glucosa de acción rápida (como un sobre de azúcar, un zumo, un refresco azucarado, miel o caramelos), por si hay una bajada brusca de glucosa durante o después del ejercicio.
-Si vas solo, lleva una tarjeta de identificación de diabéticos y un teléfono móvil para usarlo en caso de emergencia.
-Te recomiendo que pidas consejos a entrenadores personales especializados sobre qué ejercicios son los más aconsejables para ti en función de tus características personales.
3.- Uso de fármacos: existen los antidiabéticos orales y la insulina. Los antidiabéticos orales ayudan a las células del organismo a utilizar adecuadamente la insulina y, a su vez, estimulan a las células del páncreas para que liberen más insulina. Si el organismo no produce insulina o lo hace en forma deficiente, se necesitan inyecciones diarias de esta hormona. La cantidad y el tipo de insulina varían de persona en persona y es el médico quien determinará cuál es el tipo y la dosis apropiada para cada paciente.
En el caso de que te baje la glucemia (hipoglucemia), deberás tomar glucosa de absorción rápida. En el caso de que estés inconsciente, nunca te deben dar nada por vía oral, pues pueden provocar que ese alimento se vaya por la vía aérea hacia el pulmón y así resultar fatal. En este caso o cuando no puedas comer te deben suministrar, por vía subcutánea o intramuscular, el glucagón (una hormona que actúa de forma contraria a como lo hace la insulina y que debes tener en la nevera).
En definitiva, el tratamiento se basa en un conjunto de factores que deben considerarse globalmente y que, combinados de manera efectiva, conseguirán que la enfermedad esté controlada y puedas llevar una vida normal y sobre todo saludable. Y recuerda que el 90% del éxito del tratamiento depende de ti.