Desnutrición infantil, más presente e invisible de lo que parece

Desnutrición infantil

Cuando hablamos de desnutrición infantil, nuestra mente viaje de forma inconsciente hasta los países subdesarrollados. Se nos vienen a la cabeza imágenes y vídeos de niños pequeños llorando, con el vientre hinchado… Efectivamente, es un problema que se cobra la vida de millones de niños alrededor del mundo, en especial en esos países. Sin embargo, la desnutrición infantil también existe y está presente en los países desarrollados como, por ejemplo, en España. Se da sobre todo en los hogares donde existen dificultades económicas.

La desnutrición infantil es un tema muy serio. Es importante detectarlo a tiempo ya que tiene consecuencias nocivas para la salud de los más pequeños, concretamente se produce un retraso en su desarrollo físico e intelectual. Es más, los niños desnutridos sufren, en su mayoría, enfermedades crónicas debido a la desnutrición (prematuridad extrema, enfermedades metabólicas, neurológicas, neoplasias, anorexia nerviosa…). El problema es que no es tan fácil de detectar como se puede pensar. A veces, la desnutrición infantil puede pasar desapercibida, sobre todo la desnutrición crónica.

En Farmacia Escrivà os vamos a informar de dos conceptos básicos a tener en cuenta: desnutrición y malnutrición. Por desnutrición se entiende un déficit de nutrientes ya sea por la falta de ingesta o de absorción. Por malnutrición se entiende una alimentación desequilibrada ya sea por escasez o por exceso.

En el caso de desnutrición, distinguimos:

Los cuatro principales tipos de desnutrición son:

  • Desnutrición crónica. Se produce un retraso en el crecimiento. La altura está por debajo de los estándares internacionales correspondientes para su edad. Es el tipo de desnutrición más complicada de diagnosticar. En muchas ocasiones pasa totalmente desapercibida a simple vista.
  • Desnutrición aguda moderada. El peso del niño es inferior a lo que debería ser con respecto a su altura. Para diagnosticarla, se mide el perímetro del brazo.
  • Desnutrición aguda grave. El peso del niño es muy inferior respecto a su altura. En estos casos, el riesgo de muerte es inmediata.
  • Desnutrición por falta de micronutrientes. Se refiere a cuando los niños tienen carencia de vitaminas y minerales. Este tipo de desnutrición se manifiesta de diferentes maneras como, por ejemplo, falta de concentración, problemas en la capacidad de aprendizaje…

¿Cómo se determina el tipo de desnutrición?

Se utiliza la curva de crecimiento que relaciona su peso y altura. Tras conocer el peso, altura y edad del niño, se compararán esos datos con los estándares internacionales para saber si está en unos valores normales de acuerdo a su edad. También se utilizarán otros elementos como la circunferencia del brazo, la cintura y la cadera en relación con una determinada edad. Asimismo, es necesario realizar unos análisis de sangre.

Con todos estos datos se determinará si existe o no desnutrición y, en caso afirmativo, se analizará la gravedad de la misma.

Síntomas de la desnutrición

La falta de micronutrientes (vitaminas, hierro, yodo…) conlleva a desarrollar una serie de síntomas. Entre ellos, destacar:

  • Cansancio, mareos y debilidad. A consecuencia de esto, los niños tienen problemas de atención en el colegio. Les cuesta concentrarse. Por tanto, sus resultados académicos no son muy buenos.
  • Caída del pelo.
  • Ausencia muscular.
  • Delgadez extrema.
  • Heridas y edemas.
  • Problemas de crecimiento en niños.
  • Infecciones.
  • Mayor probabilidad de fracturas.
  • Dificultad para respirar.
  • Acumulación de agua en las extremidades inferiores.

Claves para una correcta alimentación infantil

  • Recuperar la dieta mediterránea. Incluye todos los nutrientes que los niños necesitan para su correcto crecimiento. Aceite de oliva, pescado, legumbres, cereales, lácteos, frutas, verduras, huevos, frutos secos…
  • Cinco o seis comidas al día. Tres principales (desayuno, comida y cena) y dos o tres tentempiés (almuerzo, merienda y antes de acostarse).  
  • Seguir la pirámide alimentaria. Ideal para conocer las raciones y la frecuencia de los alimentos que deben tomar los niños.
  • Reducir el consumo de alimentos que no alimentan. Hablamos de fritos, bollería, snacks… Contienen grandes cantidades de azúcar, grasas saturadas y sal. Apenas aportan micronutrientes.
  • Comer en familia. Establecer unos horarios de comidas para comer todos juntos alrededor de la mesa. Entre semana es más complicado realizar el desayuno o la comida juntos. Aprovecha para cenar todos juntos, en familia.
  • Cocinar de forma sana. Al horno, a la plancha, hervidos, guisados… existen diferentes formas de cocinar de una manera sana y divertida.
  • Recuerda que una mala alimentación también pone en riesgo su salud dental.

Para más información sobre desnutrición infantil o sobre cómo debe ser la nutrición de los más pequeños, contacta con nosotros. Nuestro nutricionista te explicará todo lo que necesitas saber para que tus hijos adquieran unos buenos hábitos alimenticios.

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